“Seguramente ya que es una mujer, una mujer hermosa, una mujer en plenitud, pronto abandonará este simulacro de escribir y pensar y pensará en un guardabosque, aunque sea (y con tal que piense en un hombre, a nadie le parecerá mal que una mujer piense.) Y luego, le escribirá una esquelita (y con tal que escriba esquelitas, a nadie le parece mal que una mujer escriba) y lo citará para el domingo, y el guardabosque silbará bajo su ventana, lo cual naturalmente, constituye la esencia de la vida y el único tema de la literatura”.
Virginia Woolf, Orlando