Cuando se habla de los aportes intelectuales de la mujer (así, en singular), se busca resaltar logros o se quiere abogar por la igualdad en el campo profesional, puede caerse fácilmente en la elaboración de descriptores que, con el propósito de exaltar a las mujeres, sólo consiguen disminuirlas. Ideas comunes acerca de las diferencias cognitivas entre la mujer y el hombre, sean negativas o positivas, tienen implicaciones que vale la pena considerar, adoptando en cambio, una visión más realista, más amplia y más cercana a la cultura.
