el día pasó lloviendo
-camilla dura-
y el calor salía en forma de vapor
-ropa del día anterior-
yo me iba perdiendo
-televisión inútil y repetitiva-
llamaron al banco de sangre
-enfermeras de celeste entrando y saliendo-
prepararon a los donantes
-desfile de gente pasando frente a la ventana-
y yo pensé en tí
-la sangre-
«quiero tu sangre»
-la sonda en la mano izquierda-
la sangre de nadie
-el goteo del suero-
si no es la tuya
-los demonios circulando-
tampoco la mía
-¿a dónde se va todo?-
que se pierde
-el azar-
que se acaba.
2012
Imagen: Meagan Abell