Manos heladas, teclado endurecido, pantalla cegadora.
Cansada, exhausta, adolorida.
Esa idea de tiempo, la farsa de año, de cambio,
de renovación constante -decadencia, desgaste constante-.
El año que se llevó a todos los amigos,
el año que me apuñaló cien veces todo el cuerpo,
que me perforó las entrañas,
que me arrancó la risa y me trajo de nuevo los recuerdos más recónditos
poniéndole color al olvido más borroso.
Es hora, ya viene siendo la hora…
Acabémoslo de una vez por todas.
2010
IMAGEN: Bodoni