Cuando Rocamadour murió
sentí que los sueños
se me habían hecho trizas.
Como si entre mis dedos,
Por no haberlos podido sujetar,
Se hubieran deshecho,
Ante mis ojos.
Cuando Rocamadour se fue
No sabía nada de la vida,
Ni de la muerte;
Y parecía haber olvidado de golpe
Lo que, según yo, sabía del amor
y la esperanza.
Pero ahora sé,
a pesar del dolor que me abrazó entonces,
que la muerte de Rocamadour
tuvo algún sentido.
Si él no hubiera muerto no conocería nada.
Si él no hubiera muerto quizá no estaría tan sola,
Pero no sería.
Arrancado de mí Rocamadour me fue devuelta la vida.
2004
Imagen: SOPHIE CALLE