Qué inoportuna tu presencia
Y la presencia de tu aliento
Lleno de palabras dulces
Los sueños en que sos tan cercano
Y los recuerdos casi palpables.
Ojalá no estuvieras aquí
Ni en ninguna parte
Ojalá tu existencia fuera fantástica
Simplemente un poema épico
Un personaje difuso en un friso derruido
Quisiera que fueras una estatua
O un monstruo medieval
Un caballero sobre un dragón
O un rey con una poderosa espada,
Nada más que parte de una leyenda
Un ser mitológico
La nostalgia de un héroe
Que jamás existió
Ojalá pudieras convertirte en novela de ficción
en un ser absurdo que desaparece
en un cuadro sin terminar al que se le borra el pigmento
Quisiera que fueras un rostro misterioso en la sombra
un pliegue en la cortina produciendo una silueta
un hechizo efímero
Que la noche te llevara
que el tiempo te consumiera velozmente
Si tan sólo pudieras ser un espíritu
provocando un fugaz escalofrío
una cara un poco familiar en un álbum de fotos en sepia
Los meses parecen siglos y, sin embargo, parecés indestructible
Nada parece ahuyentarte
Ni a tus palabras
Ni a los recuerdos
Ni a ese sonido como a tu respiración que oigo cada mañana
cuando me despierto.
2003
Imagen: Elisa Schwalm