En este momento
de primaveras sombrías,
los cañonazos nos distraen.
Torrentes
de huéspedes invisibles
pueblan el cielo.
Mi piel se cubre con ántrax de tristeza
explota al volver momentos atrás
y animales antidiluvianos
se dispersan por la calle
me persiguen… Me atraparán;
¿qué les diré cuando me sujeten con sus patas
para que no me hagan morir en el anonimato?
¿Cómo explicarles que podrán devorarme,
pero un poco más tarde?
Sólo tú, con tu voz de niño
eres capaz de inventar explicaciones vanas
que no parecen serlo.
1999
*Imagen: Egon Schiele